Con los pies en el suelo es una instalación escultórica sobre el sentido de ser en el mundo caminando, experimentando y tejiendo en colaboración y compañía de una madre. Es una búsqueda de identidad y revalorización de lo femenino, lo local, artesano y artístico en el territorio donde se nace escudriñando las raíces, atendiendo y aprendiendo a mirar el paisaje. Parte de ser parida por «La Mari del Punto» (mujer, madre, campesina y artesana), ser de campo y ser hoy cuidando. Incluye referentes ontológicos, filosóficos, poéticos y artísticos teniendo en cuenta sus relaciones con la naturaleza.

Su propósito es el rencuentro del niño o niña que fuimos (infancia creativa, creadora y libre para cumplirse ella misma sin limitaciones) disfrutando y construyendo un nuevo paisaje como si de un juego se tratara, que, aunque propio, sea capaz de extrañar y proyectar posibilidades de ser al espectador activando sus sentidos.

La forma final está constituida por dos libros artistas, bisagra del TFG, y por dos esculturas, con distintas formas y elementos caducos, que pasean, conversan e interrelacionan experiencias. Son aproximadamente 400 dosis de infusión consumidas recicladas en vestidos, son 1.200 km de camino recorrido y, sobre todo, 365 hojas de olivo con crochet vinculando espacios, sentimientos e identidad.